Es comúnmente dicho, pero ¿es bíblico?
Andrés Birch
¿Alguna vez alguien te dijo: “¡No me juzgues!”? ¿Alguna vez te han regañado por atreverte a criticar a algún predicador famoso? ¿Alguna vez oíste decir que la disciplina hacia un miembro de iglesia es una falta de amor? ¿Qué tienen en común estos ejemplos? Todos ellos están relacionados con Mateo 7:1-2, uno de los textos más utilizados aun por los que no conocen a Dios.
El Señor no nos está diciendo “¡Nunca juzguen a nadie, de ninguna manera!”, sino que nos advierte: “Antes de juzgar a alguien, piensen muy bien cómo lo hacen, sabiendo que de esa misma manera ustedes también serán juzgados”. El verbo griego que aquí se traduce “juzgar” es el verbo krino, y se encuentra ciento catorce veces en el Nuevo Testamento, en noventa y ocho versículos diferentes. Abarca una amplia gama de significados: separar, distinguir, juzgar, considerar, cuestionar, pronunciar sentenciar, condenar, vindicar, etc.
El contexto de Mateo 7:1-2 es el Sermón del Monte. Aunque se hable de “la multitud”, el Señor se dirigía en primer lugar a Sus discípulos: “Sus discípulos se acercaron a Él. Y abriendo Su boca, les enseñaba, diciendo…” (Mat. 5:1-2). Es en ese contexto que el Señor dice a Sus discípulos: “No juzguen, para que no sean juzgados…”. Hay una manera de juzgar que no es apropiada para los seguidores del Señor, una manera de juzgar orgullosa (“Déjame sacar la paja de tu ojo”), hipócrita (“la viga… en tu propio ojo”), y sin amor.
Y si seguimos leyendo, llegamos a Mateo 7:6: “No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos…”. ¿Cómo decidimos quiénes son “los perros” o “los cerdos”, si no es ejerciendo nuestro juicio? Y si leemos un poco más adelante, llegamos al versículo 15: “Cuídense de los falsos profetas…” ¿Cómo distinguimos entre los profetas verdaderos y los falsos si no es fijándonos en sus frutos y sacando conclusiones? El contexto mismo nos muestra que Jesús no está prohibiendo de manera absoluta todo tipo de juicio.
Sin echar por la borda el contexto de Mateo 7:1-2, debemos comprobar nuestra interpretación a la luz de la enseñanza bíblica en general. Y si, como ya hemos visto, la Biblia habla de juzgar en diferentes sentidos –divinos y humanos, buenos y malos– lo lógico sería ver Mateo 7:1-2 como una advertencia contra una manera mala de juzgar. Esa manera orgullosa, hipócrita, que carece de amor, y no tiene en cuenta que, tarde o temprano, nosotros mismos seremos juzgados de acuerdo con la manera (buena o mala) en que hayamos juzgado a los demás.
Conclusiones.
1) En Mateo 7:1-2 el Señor está predicando un sermón a Sus discípulos sobre cómo debe ser la vida de todo verdadero creyente.
2) Allí, el Señor está advirtiéndoles a Sus discípulos del peligro de juzgar a otras personas de una manera orgullosa, hipócrita y sin amor, y de las consecuencias de ello.
3) También vemos que el Señor está hablando de una manera de juzgar a los demás nada apropiada, pero en el resto del Sermón del Monte y de la Biblia se habla de otras maneras de juzgar que son buenas e incluso necesarias.
4) En Lucas 6:37, el único pasaje paralelo a Mateo 7:1-2, juzgar es lo mismo que condenar y lo contrario de perdonar.
5) Debemos tener mucho cuidado de no caer en esa forma poco cristiana de juzgar a los demás, sin embargo, no debemos dejar de usar nuestro juicio, juzgar y discernir, tal como el Señor también nos enseña a hacer en Su Palabra.
Un fragmento del libro Textos fuera de contexto (B&H Español)
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