La prueba que discrimina al creyente verdadero del falso
Otto Sánchez
Dios odia nuestros pecados, pero, como nos ama, los puso todos en la cuenta de Su Hijo, quien pagó por ellos en la cruz del Calvario. Hoy Jesucristo nos ofrece ese regalo (una nueva vida eterna, el cielo). Este regalo se recibe única y exclusivamente por medio de la fe.
La fe es la llave que abre la puerta del cielo. Mucha gente confunde la verdadera fe con dos cosas:
El conocimiento intelectual: se trata de la creencia en ciertos hechos históricos o algunos puntos tomados de la Biblia. Si les preguntas a algunas personas quién es Jesús y si lo conocen, y te dicen que sí, que lo conocen, estas personas solo pueden darte datos acerca de la vida de Jesús, como también lo pueden dar de Cristóbal Colón o Miguel de Cervantes. El conocimiento intelectual no es fe verdadera.
La fe temporal: se trata de la confianza en Dios para que nos libre de una crisis, sea familiar, financiera, de salud o de tantas otras situaciones difíciles de la vida. Yo viajaba en un avión y una señora muy mayor que iba conmigo en el mismo vuelo estaba tomando alcohol. La vi ordenar de esas botellas en miniaturas que sirven en los aviones y tomó unas cuantas durante todo el vuelo.
En un momento determinado, pasamos por una zona de mucha turbulencia y la señora que tomaba alcohol ahora oraba y le hacía promesas al Señor con una Biblia en la mano que no sé de dónde había sacado. Minutos después, ya habíamos pasado la zona de turbulencia y todo volvió a la normalidad. La señora guardó la Biblia, dejó de «orar» y siguió tomando.
¡Esto es fe temporal! Las personas con este tipo de fe se caracterizan por ser muy sensibles y devotas del Señor, pero esa devoción permanece mientras esté presente el problema. En cuanto este desaparece, desaparece la fe. O si no se resuelve el problema, la fe también desaparece. Este tipo de fe no conduce a Cristo, por lo que no tiene ninguna validez.
La fe «salvadora» es la verdadera. Es confiar únicamente en Jesús para nuestra salvación. Implica descansar en Cristo, por lo que Él ha hecho y no en lo que tú y yo podamos hacer. La Biblia dice:
- «Cree [confía] en el Señor Jesucristo, y serás salvo» (Hech. 16:31b).
Cuando creemos en Jesucristo, somos salvos y recibimos vida eterna. Recibir la vida eterna implica cuatro aspectos importantes:
- Poner tu confianza en lo que Cristo ha hecho por ti para salvarte y no en lo que tú puedas hacer.
- Implica que te arrepientes de tus pecados y que le pides perdón por ellos. Esto no solo significa sentirse mal por haber hecho cosas que no le agradan a Dios, sino también estar dispuesto a dejarlas por completo y obedecerlo en lo que Él indique.
- Implica que Cristo te llama y vas a Él para hacerlo el Salvador de tu vida. La Biblia dice: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mat. 11:28).
- Implica, finalmente, que Cristo te recibe como Su hijo. Comienzas a vivir en obediencia a la convicción de que Cristo es el Señor de tu vida.
Un fragmento del libro Hacia la meta (B&H Español)
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