Manuel Alejandro Santos
Nos encontramos a las puertas de un nuevo año. Con 12 meses preparados para escribir una nueva historia, 12 meses completitos sin usar. El iniciar una nueva etapa siempre genera diversas reacciones. Por ejemplo, algunos lo enfrentan con un optimismo a veces ilusorio, pensando que, de alguna manera, el cambio de año traerá también consigo un cambio de circunstancias, que por obra de lo nuevo ya todas las cosas serán mejores. Otros, en cambio, afrontan este reto con una actitud sumamente pesimista, diciendo cosas como: “quién sabe cuántos problemas y dificultades tendremos que sortear en este nuevo año”.
Sin embargo permítanme tratar de equilibrar estas reacciones, hacer un llamado de seguridad para todos y compartir con ustedes tres cosas que no cambiarán durante el siguiente año. Tres puntos de seguridad que la Biblia nos enseña en el libro de Isaías y que quedaron consignados en el verso 12 del capítulo 52.
Porque no saldréis a la desbandada porque Jehová irá delante de vosotros, y el Dios de Israel será vuestra retaguardia. (Isaías 52:12)
1.- Seguridad del Ayer. «El Dios de Israel será vuestra retaguardia». Al terminar el año nos volvemos con avidez, anhelantes hacia todo lo que Dios tiene dispuesto para el futuro. No obstante, muchas veces el recuerdo del pasado aún nos golpea y no deja de llenarnos de ansiedad. Nuestro goce en el presente tiende a desdibujarse ante la memoria de los pecados y errores del ayer. Pero Dios es también Dios de nuestro pasado y es Él quien permite que la memoria del ayer transforme nuestro pasado en un ministerio de crecimiento espiritual para el futuro. Nos hace recordar el pasado para protegernos de nuestro efímero sentimiento de seguridad en el presente y para recordarnos su misericordia y su capacidad de perdón y restauración. (Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. – Ecl. 3:15)
Seguridad para el Mañana. «… Jehová irá delante de vosotros…» He aquí una revelación llena de bondad y clemencia, Dios enviará sus fuerzas allí donde nosotros hemos fracasado. Vigilará para que no tropecemos de nuevo en los mismos errores, como sucedería indudablemente si Él no fuese nuestra «retaguardia». La mano de Dios se retrotrae al pasado, y por medio de la obra de Cristo en la cruz, liquida y da satisfacción total a todas las demandas y cuentas pendientes contra nuestra conciencia. (Col 2:14).
Seguridad en el Hoy. «No saldréis a la desbandada…» Al salir al encuentro del Nuevo Año, que no sea en la precipitación impetuosa de un deleite olvidadizo del pasado, ni con el apresuramiento de una reflexión impulsiva. Salgamos más bien con el poder paciente que da el saber que el Dios de Israel irá delante de nosotros. Nuestro pasado nos confronta con cosas rotas y hechos irreversibles pero el futuro nos confrontará con su gracia. Cierto es que hemos perdido oportunidades que jamás volverán, pero Dios puede transformar esta ansiedad destructora en una reflexividad constructiva cara al futuro. Deja que el pasado duerma, pero deja que duerma en el dulce abrazo de Cristo. Deshazte de lo irreparable del pasado abandonándolo en la cruz donde fue pagado y sal hacia un futuro invencible mirando a la cruz donde fue asegurado.
MANUEL ALEJANDRO SANTOS es ingeniero de profesión y con una licenciatura en teología, egresado del seminario teológico de Miami (MINTS), se ha desempeñado como pastor de jóvenes desde hace 7 años. Se considera un comunicador de buenas noticias y un generador de contenidos que promuevan esperanza. Actualmente es el pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana VIDA, en Durango, México.
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